No tendría sexo con un hombre, pero… quizá… si aquel se volviera ella. Tal y como versa la canción: “Shaved her legs and he was a she”. Lo/la podría hacer gemir, el individuo uno comentó.
En definitiva, una persona de sexo ambiguo no tiene razón de permanecer en esta sociedad, alegó el individuo dos.
Bueno, bueno. Desistamos en la búsqueda de placeres quiméricos. Tengo un evento por asistir con una verdadera mujer: Viagra por la noche y una gragea anticonceptiva al amanecer, agregó sin más el individuo uno.
El individuo dos, con incisiva provocación, alzó los brazos por lo alto, similar al mismísimo Lou Reed durante alguna presentación, y gritó desde lo lejos: “Hey sugar, take a walk on the wild side”.