No hay absurdo que no haya sido apoyado por algún filósofo.Cicerón Onofre Ruiz, agricultor jubilado, sesteaba plácidamente en un banco del parque cuando un repentino traqueteo lo devolvió a la realidad. Aún amodorrado por la neblina del sueño, confirmó la llegada de un diminuto y destartalado camión en cuyas puertas podía apreciarse, mayúsculas con escudo,…
